Chimborazo


Volcán Chimborazo

Majestuoso volcán Chimborazo

Amigos de la blogosfera, tenía muchas ganas de escribir este post. La idea original nació hace algún tiempo, en los años universitarios, tras leer el fantástico libro Travels amongst the great Andes of the Equator del Alpinista británico Edward Whymper pero por innumerables eventos  (principalmente el abandono de este blog) nunca se concretó y hoy con el consecuente giro temático del mismo y contando la inspiración necesaria, me pongo manos a la obra.

Por cuestiones de trabajo suelo volar hasta la ciudad de Quito en numerosas ocasiones del año. Es una corta travesía que suele tomar entre 45 y 60 minutos dependiendo de las condiciones climáticas. Cuando estas son benévolas, el trayecto es tranquilo y permite disfrutar una vista a los colosos que se alinean a lo largo de la Avenida de los Volcanes, pero esto no es así siempre, siendo los Andes unos gigantes celosos, se suelen envolver en un manto nuboso que los distancia de ojos mortales.

El Chimborazo vista aérea. Clic para ver más grande.

El vista aérea del Chimborazo. Clic para ver más grande.

El Chimborazo visto desde Guayaquil en la costa Ecuatoriana. Via FotoEcuador

El Chimborazo visto desde Guayaquil en la costa Ecuatoriana. Via Foto Ecuador

Pero en este último viaje la historia cambió. El Chimborazo, gigante ecuatoriano al fin mostró su faz helada, permitiendo ser retratado por los viajeros preparados para ese fin. Este doble estrato volcán engalana el escudo de Armas de esta pequeña nación. Su figura imponente gobierna la vista de la vecina ciudad de Riobamba y era considerado por los eruditos de épocas distantes como el más alto del planeta, razón por la cual muchos aventureros se lanzaron en la conquista de su cima helada.

El maravilloso relato de Whymper nos traslada hacia el Ecuador de la segunda mitad del siglo XIX. En una expedición autofinanciada buscaba determinar con certeza las causas del denominado mal de altura. Cabe resaltar que Ecuador no fue la primera alternativa que tenían, puesto que en 1874 la expedición tenía como objetivo los Himalayas, sin embargo las palabras del propio alpinista cuentan que «con la construcción de la “frontera científica” para la India sus gobernantes habían considerado aquella región como inadecuada para investigaciones científicas» [Whymper pag 23]. Como siguiente opción estaban los Andes, y por el clima bélico que azotaba a Chile, Perú y Bolivia, cuyos territorios de ésta manera quedaron vedados por lo que decidió dirigirse hasta el país de la mitad del mundo.

El Chimborazo desde Guaranda, provincia de Bolívar

El Chimborazo desde Guaranda. Extraído de Travels amongst the great Andes of Equator

El interés de Whymper fue alimentado vigorosamente por los relatos que en su viaje de Panamá a Guayaquil le contaban sobre la existencia de una enorme mole helada, visible desde las aguas del Pacífico y cuya cima jamás había sido coronada, estando más cerca el sabio alemán Alexander Von Humbolt en su visita a tierras sudamericanas a principios de la misma centuria.

El pequeño puerto de Guayaquil se encontraba convulsionado por la gran cantidad de migrantes y refugiados llegados con el estallido de la Guerra del Pacífico. Encontró una población muy apresurada y cálida en el trato, condición que aún es característica de los guayaquileños. Desde allí su equipo vía vapor se dirigió a Bodegas (hoy Babahoyo) en donde comenzaría su travesía por el «camino real», ruta que los acercaría a su destino.

Superados muchos avatares pudieron comenzar con tan fabulosa empresa. A Whymper le acompañaban, Jean-Antoine y su primo Louis Carrel –guías– a quienes se había sumado en Guayaquil Mr. Perring, un inglés radicado en Ecuador quien sería su traductor.

A medida que iban adentrándose en territorio para ellos inexplorado, tuvieron la intención de recolectar especímenes de la poca conocida flora y fauna local, sin embargo su labor se vio dificultada por la precariedad de los medios con los que contaban, y así de las muestras recolectadas inicialmente, pocas pudieron ser conservadas. Como registro del afán investigador de los expedicionarios quedan los grabados que acompañan su libro, sin duda Whymper era un excelente ilustrador.

Segundo Campamento en el Chimborazo

Segundo Campamento en el Chimborazo

De vuelta en el camino y una vez atravesado el gran Arenal que rodea al coloso, nuestros héroes empezaron a planificar el ascenso. Para las mediciones llevaron varios barómetros aneroides y uno de mercurio. También contaron con un termómetro y una cámara fotográfica.

Los intentos fallidos del pasado llenaban de dudas a Whymper sobre las posibilidades de éxito de la empresa, si bien tenía la fama de alpinista bien ganada por la conquista del Matterhorn (Monte Cervino). Ya en camino a las cumbres su primer acercamiento se vio obstaculizado por un callejón sin salida, teniendo que regresar y buscar una ruta más adecuada para domar al volcán. Una vez alcanzadas las nieves eternas, se desconsoló por la inexactitud de parte de la descripción del nevado, pues Humboltd en sus anteriores expediciones lo mostraba menos espectacular a como en realidad era. Su sorpresa fue mayor al descubrir que el Chimborazo en realidad tenía dos cimas, de las cuales la más alta en la actualidad es llamada Whymper en su honor.

Diecisiete días duró la aventura para experimentar el temido mal de altura y de paso calcular la altitud de la montaña más elevada de Ecuador. Su medición obtuvo 20608 pies (aprox. 6281,3 m) sobre el nivel del mar, valor bastante cercano a los 6268 m que es el valor real, en contraste con las alturas que en su época obtuvieron Juan & de Ulloa (21615), la Condamine (20592), Humboldt (21425) o Reiss & Stübel  (20703). Por mucho tiempo se consideró que la altura máxima era de 6310 msnm, valor que se nos enseñó en las aulas como la correcta.

Y así termina este pequeño homenaje a la figura poco conocida de Edward Whymper y su expedición que con el fin de determinar la causa del mal de altura recorrería Ecuador, escalaría múltiples montes, coronaría al Chimborazo y publicaría el precioso libro que con gusto he releído para la realización de este post.

Tercer campamento del Chimborazo

Desde el tercer Campamento divisaron la cima.

Más en la Red:

Chimborazo: no puedes ir más lejos del centro de la Tierra

 The last Ice Merchant (En Inglés) (El último hielero – en Español)

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Fútbol, cine, historia y literatura. Quejándome del fútbol moderno.

15 responses to “Chimborazo”

  1. Salva says :

    Interesante. no conocía ni el Chimborazo ni la historia de Edward Whymper. Hablando de exploradores, esta canción me encanta y retrata muy bien lo que eran las arriesgadas aventuras en los albores de los descubrimientos de tierras remotas. Que lo disfrutes.

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  2. romgonru says :

    Impresionante! Acá en México tenemos muchos volcanes, y los más destacados son el Popocatépetl (montaña que humea) y el Itztazíhuatl (mujer dormida), que están uno cerca del otro; por si te sirve el dato. Por cierto, compadre, si lo deseas, puedes pasarte por mis entradas antiguas, pues tengo algunos cuentos y ensayos que t e podrían gustar. Ahí nos vemos y que te vaya bien.

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  3. Simona says :

    Buon Pomeriggio 🙂

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  4. Aquileana says :

    TIN!~ Todo un periplo heroico latinoamericano.
    Genial post . Un abrazo ⭐ ★ ⭐ Aquileana 😀

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  5. Yvonne says :

    Hola Martin,
    qué paisajes más impresionantes con el chimborazo al fondo y qué alto es! Aquí nuestra montaña más elevada de la península ibérica es el Mulhacén, con una altitud de 3.478 m y que forma parte del parque nacional de Sierra Nevada y un poco más el volcán Teide en las islas Canarias.
    Un abrazo

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  6. Simona says :

    Happy New Week 🙂

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  7. franciscojaviertostado says :

    Hola Martin,
    me acercas un lugar desconocido para mí pero veo por las fotos que increíble. Me gusta la montaña -mucho más que la playa- y el artículo me ha recordado un viaje que hice a Islandia hace unos años. ¡Volcanes por doquier!
    Por cierto, Salva, buena elección musical.
    Un saludo

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  8. Dinorider d'Andoandor says :

    Gracias por el tour en espacio y tiempo! Ya quiero conocer

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